La Madre Herlinda

Nuestra Misionera

La Madre Herlinda Moisès nació el 3 de julio de 1928 en Bad Hofgastein (Austria) y falleció el 20 de noviembre de 2006 en el corregimiento de Pasacaballos, un pequeño pueblo de pescadores ubicado a la orilla del Canal del Dique que desemboca a la Bahía de Cartagena. Fue una mujer que se caracterizó por su capacidad de servir y amar al prójimo, comprometida con la labor social y el bienestar de su pueblo adoptivo Pasacaballos y sus alrededores.

Austriaca y colombiana o colombiana y austriaca. Dos nacionalidades que permanecieron siempre en el corazón de Herlinda, porque de Austria sacaba las fuerzas y el apoyo para realizar sus obras y en Colombia tenía prendido el corazón y la conciencia. Porque las negritudes y mestizajes de Pasacaballos y sus alrededores estaban fundidos en cada fibra de su ser, en los pliegues de su conciencia y en los poros de su piel”. Ignacio Madera Vargas, sacerdote salvatoriano, prólogo del libro Misionera, Esperanza de los desvalidos. 2007

Dio una voz de aliento, misericordia y de bondad, su capacidad de trabajo no tuvo límites, preocupándose especialmente por la educación y la salud. Su labor pastoral aún continúa viva dentro de la fundación.

El inicio de la misión

El 5 de julio de 1949, cuatro años después de terminada la segunda guerra mundial en Austria se tituló de maestra y tomó la decisión ingresar a la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora en Gaissau – Vorarlberg, al oeste de Austria. Fue en aquel tiempo cuando recibió su nuevo nombre como miembro de la comunidad: Hermana María Herlinda.

El 29 de octubre de 1951 fue el día en el que la hermana Herlinda hizo su primera profesión de votos, que significó una despedida de sus padres, ya que solo dos meses después viajaría por barco con sus compañeras Mathilde Larcher y Hildegard Binder a Colombia y no estaba prevista la posibilidad de volver a Austria. El 12 de enero de 1952 pisaron el suelo de Cartagena de Indias Colombia y llegaron al convento de la Obra Pía ubicado en la Calle de la Media Luna del Barrio Getsemaní donde empezó su misión evangelizadora en el barrio Chambacú.

Como profesora conoció otros lugares en Colombia, como Medellín, donde enseñó en el Colegio Palermo en el barrio El Poblado, o la ciudad Guarén, donde trabajó en la Escuela San Francisco de Asís o en Sahagún, donde trabajó como directora del Colegio María Auxiliadora. Como educadora no se restringió a su desempeño académico en el aula, sino que estrechó sus lazos con toda la comunidad en dónde trató de inculcar los valores cristianos e irradio con su amor y entrega dejando una huella indeleble.

En 1965 la Madre Herlinda Moisés sería impactada al llegar al corregimiento de Pasacaballos donde el cúmulo de necesidades de sus habitantes la estimuló a profundizar su trabajo en este pueblo y fundó el Equipo Misionero de la Bahía (EMBA), con el apoyo de los padres Pedro Nel Luna, Rafael Geneis, un grupo de agentes de pastoral y algunas personas del pueblo sembraron para siempre la esperanza en la región.

La Madre impulso proyecto de desarrollo en Pasacaballos y en comunidades del canal del Dique, fundó preescolares, pavimento calles, impulso a los artesanos y pescadores a la alfabetización, construyó un centro médico, entre otros. De hecho, no hay ningún proyecto de desarrollo en el pueblo que no esté vinculado a la gestión humana y espiritual de la Madre Herlinda Moises.

La persecución a la misión

En 1976, debido a sus luchas y reivindicaciones sociales la Madre Herlinda y sus compañeros quedaron en la mira de aquellos que sentían amenazados sus intereses económicos. En octubre de ese año, las tropas de infantería de la Marina de Cartagena entraron violentamente al despacho parroquial en Pasacaballos en la búsqueda de armas escondidas u otras pruebas que mostraran el apoyo de grupos subversivos, ya que los misioneros fueron acusados de ser auxiliadores de tales movimientos. El allanamiento duró seis horas, y fueron detenidos el párroco Rafael Geney, un campesino y la madre Herlinda.

La doctrina de seguridad nacional de Colombia en esa época, hacía suponer lo peor. Además, fueron detenidos dos sacerdotes más, por lo que el cautiverio duró cinco meses, en donde el trato hacia los detenidos no fue digno. La madre Herlinda manifestó ser torturada psicológicamente, durante ese periodo. El esfuerzo del arzobispo de Cartagena de aquel tiempo, Monseñor Rubén Isaza Restrepo, la presión de organizaciones de la defensa de los derechos humanos y el trabajo de los abogados Hermes Luján y Jorge Enrique Cipagauta jugaron un papel importante en la liberación de los presos.

Sin embargo, la persecución a la misión continuó, en 1979 la madre Herlinda  tuvo que mirar como un compañero de muchos años de la fundación, Segismundo Acosta, llamado “Segito” fue detenido por agentes del servicio secreto para interrogarlo, en dónde fue torturado haciendo que sus brazos sufrieran grandes daños  por la colgada que le infligieron. Posteriormente, viajó a Austria para someterse a una terapia especial.

Todo estos hechos, alarmaron a la comunidad franciscana, pidiéndole a la madre Herlinda que escogiera entre el Equipo Misionero de la Bahía o la comunidad religiosa. Después de un largo discernimiento, ya que su amor por ambos era inmenso, decidió quedarse en el Equipo Misionero, interpretando que así, cumplía la misión de Dios. Aunque, jurídicamente no pertenecía a la congregación, su espíritu permaneció unido a todos los acontecimientos de la comunidad religiosa, pues había consagrado su vida a Dios y a la vida misionera. 

Cuando parecía que todo ya estaba en calma, vendría un reto más en la vida de la Madre Herlinda. En 1982,  viaja a Austria en compañía de “Segito” para recibir el premio Monsignore Óscar Romero, otorgado por la Organización de Hombres Católicos de Austria. Pero, cuando quiso regresar, se enteró que las autoridades del país le negaron la entrada, después de 30 años de servicio en Colombia le anularon su visa por razones de Estado. 

Su lucha ahora era para regresar a su segunda patria. Viajó hasta Estocolmo en Suecia en la entrega del premio Nobel para pedirle a Gabriel García Márquez su intercesión ante las autoridades colombianas, aunque no logró hablar con él, sí pudo hablar con su esposa Mercedes Barcha. La Madre Herlinda tocó todas las puertas que pudo, habló con personalidades de la política y de la cultura. Un año después, en noviembre de 1983 su exilio del país llegó a su fin, pero tuvo que empezar de nuevo con una visa temporal.

La madre Herlinda fue recibida en Pasacaballos por una multitud de personas llenas de regocijo y júbilo, agradeciendo a Dios por tenerla nuevamente en la misión. Su labor continuó fervientemente en la región, después de esos duros episodios. 

Siguió llevando el evangelio y dando una luz de esperanza a las personas más necesitadas. La cual se vio reflejado por las múltiples distinciones y premios que recibió por motivo de su compromiso con los más necesitados.

La luz que continúa encendida después de su partida

Después de una estancia en Austria por motivos vacacionales, en junio de 2006, fue diagnosticado con una enfermedad grave, su desconsuelo incrementó cuando supo que no podría volver a Colombia en mucho tiempo, mientras se sometía a un riguroso tratamiento. Por ello, decidió lograr su regreso al país, la cual se pudo gracias a una benefactora. La Madre Herlinda cumplió su último gran deseo y regresó a Pasacaballos, para pasar sus últimos días en el pueblo que a lo largo de su vida se había convertido en su segundo hogar. Finalmente falleció el 20 de noviembre de 2006. Los que tuvieron la suerte de conocerla describen a Herlinda como una persona con caracter fuerte, persistente, generosa y luchadora, que dio todo de sí para ocuparse de las penas y apuro de los necesitados. Hasta el día de hoy esta actitud y este espíritu siguen viviendo en las mentes y corazones de la gente.

Premios

1982: La Madre Herlinda y Segito Acosta reciben el premio Monseñor Oscar Romero en Salzburgo.

1993: Fue premiado por su trabajo para el bien de la comunidad del departamento de Bolívar, otorgado por el gobierno de Bolívar en el día internacional de la mujer.

1994: Premio del gobierno austriaco por su esfuerzo constante para los necesitados.

1995: Mención de honor y segundo lugar mujer Cafam de Colombia

1996: Recibe en manos del alcalde Guillermo Paniza la placa que la distingue como maestra de maestros.

1998: Reconocimiento por su esfuerzo continuo en la misión, así como en su lucha por los necesitados Arquidiócesis de Salzburgo, Austria.

2001: Distinción de la ciudad de Cartagena y del centro cultural para 36 años de trabajo cultural en los pueblos del Canal de Dique y de la Bahía de Cartagena.

2002: Reconocimiento a la Fundación Social Cristiana por sus 37 años de servicio de la promoción de la paz. Presidencia de la República de Colombia.

2005: Orden civil al Mérito “Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en el grado de Gran Oficial” Consejo distrital de Cartagena.

Honor al Mérito a la Fundación Cristiana en sus 40 años de servicio a los más necesitados. CEDAL

Mención de Honor a la Hermana Herlinda Moises por su entrega incondicional durante 40 años.

2006: Cruz Monseñor Eugenio Biffi.

Para conocer más de la Madre Herlinda Moises les recomendamos los libros siguientes:

Toro Ramírez, Everardo (ed.): Contra viento y marea. Tres décadas de labores en los pueblos de la bahía de Cartagena. Segunda edición enero 1999. Cartagena de Indias: Tercer Mundo Editores.

Daza Hernández, Gladys (2011): Die Missionarin. Hoffnung der Schutzlosen. Bogotá: Panamericana Formas e Impresos S.A.